El mosaico tiene una habilidad hipnótica para atrapar a cualquiera que se le acerque. En otras palabras, el mosaico es adictivo y eso lo sabe bien todo aquel que lo conoce y lo practica.
Llevo siete años viviendo la adicción de este arte y es maravillosa. Pero el mosaico no es tan “accesible” como el dibujo o la fotografía. En cualquier lugar se puede sacar el lápiz con una libreta y comenzar a dibujar lo que te rodea o lo que te viene a la mente. Puedes cargar tu cámara a cualquier parte y sacar fotos ( y ahora con los teléfonos , no tienes excusas).
Lamentablemente el mosaico no es así de sencillo, conlleva muchos materiales y pasos para realizarlos. Recuerdo cuando empecé a tomar las clases de mosaico, como era de tedioso cargar con losas, vidrios, pega, madera…y todos los estudiantes con carritos y cajas de herramientas, parecíamos albañiles ambulantes.
Pero ¿por qué les cuento todo esto? Porque recientemente me mudé y no me traje nada de mis materiales de mosaico y me encontré en un estado de CAOS. Mi adicción comenzó a restregarme la necesidad de mosaiquear. Todos los días veía trabajos de mosaico por internet y me decía “quiero hacer un mosaico”, “quiero hacer un mosaico”....
En la situación que me encuentro no estoy para comprar nuevas herramientas (cuando tengo como una docena de pinzas) ni materiales, ni siquiera tengo un espacio apropiado para convertirlo en un área de trabajo, así que tuve que tomar acción para satisfacer mis deseos.
Buscando las mejores opciones me topé con mosaico hechos con “beads”. Y me dije: ¡qué buena idea! ya que las "beads" son económicas, las trabajo en un canvas y no tengo que molestarme con la lechada. Es entonces cuando me aventuré a comprar “beads” de varios colores compré la pega y tres “flat canvas” para comenzar mi desahogo.
Al principio me resultó un poco difícil manejar esas pequeñas bolitas con las pinzas para ubicarlas en su lugar pero le vas cogiendo el truco (te darás cuenta cuando cada vez hayan menos bolitas en el piso). Me tomó muy poco tiempo hacerlo y al terminar el tríptico los enmarqué en un solo marco.
Aunque fue un diseño sencillo estoy contenta con el resultado, pero sé que pude hacer alguno que otro cambio. Recuerda que tu primer trabajo es realmente el que te enseña, el experimento, el que tiene los “errores” ; ya para la próxima tendrás una idea más clara de lo que vas a hacer. Típico del primer trabajo que haces: es la base para seguir creando tu estilo.
Por el momento las “beads” me ayudaron a calmar la adicción. Ya seguiré buscando otras opciones y se las compartiré. Y si tienes alguna sugerencia de cómo calmar este vicio tan excitante del mosaico compártelo porque sé que hay muchas personas en las mismas que yo.
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Diosa Artística (Wednesday, 29 October 2014 18:13)
Nunca he tratado las beads pero creo que utilizaría las más grandes porque no tendría la paciencia con esas pequeñitas.
Como dices el mosaico es adictivo, siempre quieres más y más. Yo siempre estoy pendiente a objetos a los que puedo pegarle losas. Un día de estos le pego losas hasta a mi marido...